~Capitulo 17

-¡Lo sabia!, sabía que no debía de venir-
-No se ve tan malo- dije observando el hermoso paisaje desde mi ventana
-Espera a que veas a mi tía y veras-
-¿A dónde nos dirigimos?-
-A las afueras de Tennessee-
-Esto es genial- suspire
-¿Genial?- me miro molesto- ¡tu no estas a un lado de un loco con una gallina apestosa encima de sus piernas!-
-Oh vamos Ian, baja la voz que esta sentado cruzando el pasillo-
-Lo dices como si estuviera a menos de 30 centímetros-
-¡Calla!, te escuchara y se ofenderá-
-¡Que me escuche!, que sepa que su estúpida gallina apesta y gracias a el olor me esta dando jaqueca-


-Gracias Ian-
-¿Yo que iba a saber que era hijo del chofer? además, que nos hayan sacado del camión no significa que tengas que enojarte-
-¡Según el mapa del pueblo aun faltan 4 kilómetros de camino a casa de tu tía, tengo una maleta que casi pesa 50 kilos y estoy a lado de un bobo que no puede conectar su boca con su cerebro!-
-Podemos llamarle, tengo su numero en mi agenda-
-¿A si? ¿con que cobertura?- me cruce de brazos esperando su respuesta
-Bien…caminemos-
-Idiota-
-Ey, ¡deja de insultarme! Te hice un favor-
-¿Qué favor?-
-Pues…ya no estas en un camión apestoso, incomodo, caluroso y lleno de gente-
-¡Yo no pedí que abrieras tu bocota!-
-Lo importante es que ya estamos en Tennessee ¿no?-
-Contigo no puedo- suspire cansada.
 Tome mi maleta y comencé a arrastrarla por el asfalto desgastado. Miraba a mi alrededor y de ves en cuando tomaba algunas fotografías del paisaje o animales.
-¡Mira, un caballo!- exclame emocionada
-Alex…hay miles de caballos aquí-
-¿Sabes montar?- pregunte con la mirada hacia los caballos, algunos corrían, otros relinchaban o simplemente caminaban, sentía un deje de envidia hacia ellos, por lo menos ellos eran libres.
-Claro- sonrió- de niño venia casi todo el tiempo, recorría todo el pueblo y los granjeros de aquí ya me conocían…me encantaba estar aquí-
-¿Por qué dejaste de venir si te gustaba tanto?-
-Desde lo ocurrido con mi padre…todo cambio-
-Debió de haber sido muy duro- pose mi mano sobre su hombro tratando de darle consuelo mientras el solo me miro y me sonrió.
-Vamos, te ayudo con tu maleta-
-Yo puedo, enserio-
-Tu no cargaras nada pesado mientras este yo presente- por alguna razón sus palabras me erizaron la piel, baje mi mirada instintivamente a sus carnosos labios y de inmediato me dieron unas enormes ganas de besarlos, baje la mirada apenada ante mis pensamientos.
-Gracias- me sonroje
-¿Vamos? Aun falta bastante para llegar-


-Tia…¡tia!...¡tia!- gritaba Ian tocando la puerta como si su vida dependiera de ello. A veces odiaba su impaciencia.
-Tal vez no este en casa-
-Sabia que vendríamos-
-¿Volvemos luego?-
-¡No volveré luego! Camine mucho como para regresar-
-¿Quién anda ahí?- pregunto una voz ronca a nuestras espaldas, Ian y yo volteamos asustados, instintivamente Ian me jalo hacia atrás y se coloco frente a mi, cubriéndome con su cuerpo.
-¿Por qué tan a la defensiva muchacho?- rio aquella mujer-¿Quieres impresionar a la joven?-
-Agh- suspiro- me asustaste tía Rachel-
-Seré vieja hijo mas nunca fea- sin poder evitarlo reí ante su comentario. Ella poso su vista hacia mi con expresión seria- ¿dije algo gracioso niña?-
-Eh…no, lo sien...- no termine de disculparme cuando ella soltó una carcajada. La mire perpleja
-¡Hubieras visto tu cara hija!- y comenzó a reír sin mas. Mire a Ian confundida, el solo arrugo la nariz.
-¿Te gusta asustar a la gente verdad tía?- pregunto molesto
-Hace mucho que no reía de esta forma- se calmo- oh pero que maleducada soy, pasen, pasen-
-Gracias-
-Dejen sus maletas donde gusten, en un momento les mostrare sus habitaciones- entre a la humilde casa, estaba pintada de un color café claro, los sillones viejos y desgastados pero lindos, los muebles café oscuro le daban un toque rustico al lugar.
-Buenos días señora, me llamo Alexandra- dije cuando ella había regresado a la sala con dos vasos de agua en sus manos, me entrego uno.
-Ah…¿así que tu eres la famosa Alex? Es una alegría verte- sonrió con sinceridad- toda la familia Colleman habla sobre ti- mis mejillas comenzaron a enrojecer- yo soy la famosa tía Rachel-
-Eh tía, ¿no saludaras a tu sobrino guapo favorito?- pregunto Ian con una sonrisa socarrona
-Ah- se dio un golpe en la frente- lo que tienes de guapo lo tienes de descerebrado- reí internamente, creo que al decir que la tía Rachel era completamente loca y despreocupada…a esto se refería. Sin duda, me acostumbraría.
-¿Qué me has dicho vieja loca?-
-No se como la niña puede aguantar tu estupidez- le  dio un pequeño golpe en la cabeza- así que Alexandra- se acercó lo suficientemente a mi como para sentir su respiración cerca. Estaba examinándome.
-¿S-si?-
-Eres muy bella, como muñeca de porcelana…¿seguro que este zopenco que tengo como sobrino no te a echo nada?-
-¿Cómo?-
-¡Que te pasa mujer! ¿Usar tanto insecticida para tu plantío te a podrido el cerebro?-
-Basta, basta, Ian tu habitación será la misma de antes ¿bien?, y tu Alexandra…-
-Alex- dije de pronto- me siento rara cuando dicen mi nombre completo- continúe
-Entonces Alex, sígueme- me sonrió la señora con algunas canas en los costados de sus cabellos.- te mostrare tu habitación-
Subimos por las viejas escaleras en fila, y a cada paso se unía un chirrido agudo de la madera. Parecía una completa película de terror. Ian subía con dificultad mis maletas.

-Bien hija, esa será tu habitación mientras estés en esta casa-
-Muchas gracias-
-Te dejo para que desempaques, iré abajo a preparar la comida- sonrió dulcemente, y salió de la habitación que ahora seria “mía”- ¡Ian, apúrate a desempacar, te quiero abajo en cinco minutos!- escuche gritar por el pasillo. Comencé a reír mientras colocaba mi maleta en la cama.
-¿Por qué me estas tratando así vieja loca?- respondió Ian del mismo modo. Se escucharos estruendosos pasos acercarse hasta que el entro a mi habitación- ¿Qué hiciste?-
-¿Qué hice que?-
-¡Mira tu habitación! Es la más bonita- y vaya que tenia razón. El cuarto era bastante amplio, las paredes eran de un color crema y con algunos dibujos pintados en la pared con color morado, la ventana era grande y con vista hacia las parcelas de maíz, tenia un pequeño escritorio y una lámpara encima de ella.- sin contar que a ti no te grita o insulta a cada rato…¿Qué le hiciste a mi tía Rachel?- me encogí de hombros divertida.
-Como sea- hizo una mueca- ¿me ayudarías a desempacar? No soy bueno acomodando la ropa en el armario- se rasco la nuca incomodo
-Claro, solo dame 10 minutos- le señale la blusa que tenia en la mano
-Eh…-
-¿Pasa algo?- pregunte poniendo mi atención en el
-No, no, ¿Por qué?-
-Ya, di que te pasa- me cruce de brazos
-Solo estoy pensando en lo que paso en la escuela-
-Bueno, eso ya paso ¿no?-
-Si pero, ¿estas segura que no te importa lo que piensen de ti en el futuro?-
-No me importa- fruncí el seño. Pero ¿en realidad estaba segura?, cada vez que de decían cualquier insulto mi pecho me dolía, era como un cubetazo de agua fría que llega cuando menos te lo esperas.
-Espero que durante estas vacaciones todo se calme-
-Eso espero…- dije sin ánimos- ya termine, vamos, te ayudo-

Ambos salimos de mi habitación para dirigirnos al cuarto de Ian.
El suyo tampoco se quedaba atrás. Era un poco mas pequeño que el mio, las paredes eran de un color azulado, cama matrimonial, un enorme espejo, y la vista de su ventana daba hacia la carretera.

-¿Es todo?-
-¿Que?-
-Tu ropa, ¿eso es todo?-
-Soy hombre, sobrevivió solo con poca ropa-
-Que Ian Colleman diga eso es algo…increíble-
-Toda mi ropa es formal ¿de acuerdo?- resoplo- era lo único que tenia decente para este pueblucho-
-¿Cómo vas a estar en el campo con esto?-
-Tal vez haya tiendas por aquí-
-Como sea, tu poca ropa ya esta, las camisas están en la parte de arriba del armario, los pantalones abajo y tus zapatos están en el cajón de haya- lo señale- tus cosas personales por acá y  tu ropa interior…bueno eso no lo desempaque-
-Gracias…enserio-
-Ya, ya ¿vamos abajo?-
-¿Con esa loca?-
-No parece tan loca…a mi me parece genial- sonreí
-Trata de durar una semana con una señora como mi madre que tiene la actitud de uno de mi edad-
-Oh bueno, ayudémosle en lo que pida y después nos marchamos a casa, ¿no es lo que quieres?-
-Si bueno…dejemos de hablar y vayamos a comer, tengo hambre-

Me dio un pequeño golpe en el hombro y salió corriendo por las escaleras, escuche los gritos de Rachel diciendo algo como -“¡no corras aquí!”-
Negué con la cabeza mientras una sonrisa se comenzaba a formar en mi rostro. Camine hacia la puerta pero me detuve de golpe al sentir como un dolor en mi pecho aparecía, instintivamente lleve mi mano hacia el, respire profundo. Algo no andaba bien, lo sentía.
Volví a negar con la cabeza, tal vez solo era mi imaginación.

-Ey Alex, si no bajas comeré tu porción- grito Ian desde la parte baja de la casa
-¡Deja a la niña en paz Ian!-
-¡Era broma mujer!-
-¡Ya voy!- grite desde la habitación. Me mire en el espejo tratando de arreglarme un poco el cabello y la ropa.- ¡no te comerás nada de mi comida Ian!-

No, algo no andaba bien. La última vez que sentí algo parecido fue cuando…mataron a mis padres. ¿Judith? No, ella había llamado a Rachel no hace mas de 10 minutos…¿Lauren? No, ella esta con Jerry todo el tiempo y dudo que deje que algo pase…¿Allison? Puf!...¿Marie?...¿pasaría algo con Marie?.