~Capitulo 11

rochii: jaja enserio, cuando leo novelas y hay personajes así empiezo a insultarlos y fhbhfbcbhfbchbrdhf .__.

Edita si estás leyendo esto (? Te diré, no pienses que no leo tu novela, SI        la leo y me encantan los capítulos, pero cada vez que trato de comentar con cualquiera de las opciones me dice que cambie de cuenta porque en la mía no me deja comentar porque no tengo permiso.__.
loco ah? Jajaja


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-Alex- llamo el rubio- Alex por favor, déjame explicártelo-guardo silencio unos minutos esperando una respuesta. No la recibió- sabes bien que no me iré de aquí hasta que abras esa puerta…Alex-
-Ian hijo, ¿Qué pasa?-
-Es Alex mama…-
-¿Aun está enojada? Hijo ya pasaron 3 días- La señora arrugo su nariz en forma de desagrado
-Lose, pero tiene toda la razón…Allison le dijo a -
-¡Allison, Allison, Allison!, hijo- estiro los brazos mientras negaba cansada- esa mujer solo te ha hecho daño, ¿recuerdas? – Ian asintió- ahora quiere hacer lo mismo con Alex-
-Jamás- la miro- nunca, nunca dejare que Alex sufra mama…ya no más- la señora lo miro con asombro, el joven estaba decidido.

-Eso espero- sonrió- Ian, ¿Por qué no bajas a desayunar?, yo hablare con Alex-
-No, le dije que me quedaría aquí para aclarar todo y lo hare- se recargo en la puerta
-¿Tú crees que podrás aclarar todo con una puerta de por medio?, seamos realistas cielo, una mujer enojada es imposible-
-¿Trataras de calmarla?- pregunto el joven con duda
-No te prometo nada-
-Supongo que eso es mejor que nada- el chico dio la vuelta aun dudando si debía irse. La señora lo miraba marcharse para empezar a tocar la puerta.

-Cielo, soy Judith, ¿podrías abrirme?-  pasaron un par de segundos hasta que el ruido de la puerta al abrirse la hizo reaccionar. La ojiazul estaba llorando.
-¿Ya se fue?- pregunto con la voz entrecortada
-Sí, ¿Qué paso exactamente?-
-No quiero hablar de eso Judith-
-¿Puedo pasar?-
-Claro- la chica se quitó de la puerta dejándola pasar.
Se sentaron en su cama en silencio.
-“Cuando te sientas débil, piensa en mi y juntas lucharemos hasta el último aliento”-
-¿Perdón?-
-Eso lo decía tu madre muy seguido-
-¿Enserio?- pregunto la chica con brillo en los ojos.
-Acompáñame, tengo algo que mostrarte- ambas se levantaron y salieron del cuarto. Caminaron hasta el final del pasillo y la mayor jalo una pequeña cadena que colgaba del techo.

-¿Qué hacemos en el ático?- pregunto Alex mientras quitaba algunas telarañas a su paso
-Estoy segura que por aquí lo guarde- la mujer quitaba algunas cajas apiladas y polvorientas. Alex la miraba sin saber qué hacer.
-Judith…-
-¡Aquí esta!- tomo una pequeña caja de color rojo y se la entregó a la rubia.
-¿Qué es?-
-Es para ti, guárdala bien que es un tesoro valioso para mí-
-Si es un tesoro para ti no deberías de dármelo-
-No no, es tuyo- sonrió-será mejor que me vaya, si quieres puedes quedarte aquí-
-Pero-
-Shh, solo ve lo que hay dentro- Judith le guiño el ojo y bajo por las pequeñas escaleras colgantes. Alex miraba con curiosidad la cajita.
Se sentó en el suelo y abrió la caja con delicadeza mientras sacudía el polvo.
Al abrirla pudo ver cientos de fotos de Judith con Ian  de al menos uno o dos años en sus brazos y una hermosa joven embarazada. Miro las demás fotos, una foto en particular le llamo la atención, era una bebita, ojos azules y pelo rubio ¿sería ella?, volteo la foto y en ella estaba escrito Alexandra Mathew Bass con  una perfecta caligrafía, esa bebe  se parecía mucho a ella.
Siguió viendo las demás fotos con un nudo en el estómago, entre las fotos había un cuadernillo rosa, lo tomo y lo abrió en una página al azar.


23 de julio de 1987

¡No lo puedo creer! Hace una semana conocí al más hermoso y perfecto chico, su nombre es Patrick, según se vive a unas cuantas cuadras de mi casa.
Hoy caminando por el parque junto con Judith me lo tope. Me miro con sus hermosos ojos azules, me sonrió y me pregunto mi nombre, en ese momento sentí mil cosas dentro de mi!, el iba acompañado de un amigo suyo, Ian si mal no recuerdo y al parecer le cayó muy bien a Judith.  Fuimos a comprar helados los cuatro, después de eso los chicos nos trajeron a casa e intercambiamos números. Fue amor a primera vista.

Alex cerró el libro, sin duda era el libro de su madre, Patrick el chico que le gustaba, Judith su mejor amiga e Ian, el chico que le gustaba a Judith, seria mucha conciencia.
Metió todo de nuevo a la caja y bajo por las escaleras, se dirigió hacia el patio trasero y se sentó cerca de la piscina.

-Alexandra Mathew Bass…¿ese será mi nombre?- suspiro mientras levantaba la vista hacia el cielo.


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-Alex…¿puedo pasar?- pregunto una voz varonil detrás de su puerta. Ella se levantó de golpe y se paró. Había olvidado poner el seguro a la puerta.
-¿Tengo otra opción?- bufo
-Supongo que no- dijo el muchacho mientras entraba a la habitación con las manos en los bolsillos de su pantalón- yo…-
-Se lo que vas a decir…me pedirás perdón, fingirás que todo está bien y seguirás con Allison, ya me lo sé-
-Te equivocas Alex-
-¿Eh?-
-Termine con Allison después de lo ocurrido…- bajo la cabeza mientras movía su pie
-Que mal por ti…ahora vete-
-No te pido…que me perdones Alex, lo que hice no merece tu perdón, sé que te defraude, confiaste en mí y lo eche todo a perder, pero quiero que sepas que cambie, enserio cambie- Alex bajo la cabeza con lágrimas en los ojos. Ian dio un paso adelante pero de inmediato regreso a como antes-…cambie por ti Alex- dijo con voz dulce. Espero unos segundos y después se dirigió a la puerta.
-¿Eso es todo?...-dijo la rubia. Ian asintió.
-Si…perdón por hacerte perder tiempo-

Antes de salir sintió los brazos de la chica envolverse en su cintura. El cerro los ojos mientras sentía como a ella se le entrecortaba la respiración. Se quedaron unos minutos en esa posición sin hablar.
-Yo…-
-Ey...- sonrió mientras se daba la vuelta. La miro fijamente.- en este poco tiempo te has vuelto parte importante en mi vida alex, me has hecho cambiar, me has hecho sentir, me has enseñado a querer y apreciar…¿ves porque eres especial para mi?, no niego que ese era mi plan en un principio…pero todo lo que te dije…lo que pasamos…fue verdadero-
-Lose-
-…¿quieres ir al cine? Yo invito- dijo Ian mientras le limpiaba una lagrima con la yema de los dedos
-Claro, solo dame un minuto- Alex se fue a su cama, tomo la cajita y la escondió debajo de su cama.
-¿Qué es eso?-
-Te la enseñare cuando regresemos- dijo con una sonrisa, tomo de la mano al rubio y salieron corriendo fuera de la casa.